Oriol Mitjà, el español que erradicó el pian.

Gracias a la perseverancia de Mitjà, es posible terminar el trabajo que la penicilina empezó, que es la erradicación de la bacteria Treponema pallidum pertenue. Este patógeno es responsable de la aparición de úlceras llamativas y dolorosas, que, en casos más avanzados, perforan el cartílago, las articulaciones, y deforman los huesos.

El médico desconocía por completo la enfermedad a fecha de 2010, recién graduado de la Universitat de Barcelona, como viajero a la isla Lihir, en Papúa Nueva Guinea. La enfermedad lleva varios millones de años afectando a la humanidad, y no fue eficazmente combatida hasta 1952, con inyecciones intramusculares de penicilina, cuando había más de 50 millones de afectados en 42 países según la OMS. La bacteria no cesó su existencia ni efectividad contra seres humanos, pues esta sigue presente en las regiones con niveles de desarrollo menores.

El logro de Mitjà consiste en el encuentro de un remedio mucho más barato, efectivo y fácil de administrar que las inyecciones de penicilina, pues él se basa en la utilización de azitromicina, un antibiótico utilizado habitualmente para infecciones respiratorias también era capaz de curar el pian. El fármaco costaba medio euro y el médico financió los primeros ensayos clínicos en 250 niños de la isla, con resultados satisfactorios.

Oriol consiguió curar al 96% de los enfermos en tan sólo seis meses con ingesta únicamente oral del medicamento. La OMS hizo eco inmediato del descubrimiento y encargó una serie de recomendaciones estratégicas para erradicar la enfermedad en 2020.

Actualmente, Oriol Mitjà y su equipo luchan contra el patógeno integrados en el Instituto de Salud Global de Barcelona